13 de diciembre de 2012

Tacto Sensorial

El tacto sensual es una combinaciòn de excitaciòn y presiòn. Deseas anticiparle que buscas sus zonas erògenas sin llegar a tocarlas todavìa, mientras que al mismo tiempo estimulas todas sus terminaciones nerviosas para llenar a tu pareja de deseo.
Para la mayorìa de los hombres, el tocarle los pezones es tan personal como el gusto por la ropa interior y, sin preguntar, resulta casi imposible adivinar lo que quiere. Mientras a unos les encanta un apretòn en el pezòn, un ligero pellizco o una caricia circular con la yema de los dedos, a otros les horroriza la idea. La ùnica manera de averiguarlo es preguntando, No tienes que detener tus maniobras.. Sòlo bastarà con susurrar: ¿Te gusta?.
Las caricias en los brazos no son del agrado de todos los hombres, a diferencia de la mayorìa de las mujeres, a las que les encanta que le acaricien todo el cuerpo suavemente. Los hombres prefieren que cualquier caricia o roce tenga un objetivo. Bàsicamente, si creen que les estàs haciendo sentir bien poco antes de dirigirte directamente hacia su pene, estaràn felices. Por otro lado, si crees que estàs sumida en un vago viaje tàctil, probablemente se aburriran e intentaràn deslizar tu mano hacia abajo despuès de unos minutos. Mientras le acaricias, recuerdale el objetivo final: desliza una mano hacia sus genitales y acarìcialos... Luego prolonga la excitaciòn. De esta manera se sentirà excitado, pero no frustrado.
A la hora de un hombre tocar a una mujer, el desafìo de ella es persuadirle para que haga lo que quieras sin criticarle o hacerle pensar que es un inepto con las manos. En la ansiedad por dar placer a una nueva pareja, algunos hombres pueden mostrarse un tanto incòmodos, asì que concèdele el beneficio de la duda.
Muchos hombres se sienten inseguros cuando tienen que tocar a una mujer. Han pasado tanto tiempo dàndose placer a sì mismos que suponen de manera natural que deseas que te toquen de la misma manera: firme y directamente en los genitales.
Las mujeres son como las alcachofas: para darle placer, èl debe abrirse camino a travès de un montòn de capas con las que resulta muy agradable jugar antes de ir directo al corazòn: su clìtoris.
Hay dos maneras de enseñarles: La primera y màs tradicional, es guiarle la mano, apartarte con coqueterìa cada vez que se dirige a tus genitales, y hacer toda clase de sonidos placenteros cuando haga las cosas bien, pero mantenerte inmòvil cuando las cosas sean menos excitantes. Ahora bien, esto funciona si èl es un hombre que comprende las sutilezas exquisitas, que se criò con cinco hermanas y aprendiò a decodificar los suspiros y gemidos de las mujeres, y que tiene un doctorado en psicologìa. Pero si es un chico normal que no hizo estas cosas, lo màs probable es que acabe preguntàndose por què resoplas y haces ruidos raros y no dejas que te toque màs de 2 minutos seguidos sin revolverte como anguila.
Tan fàcil como no convertirte en el Hitler en la cama puedes manifestar lo que quieres con sutileza. Frases como: "asì pero un poco mas a la derecha por fis que es divino" es un excelente mètodo de enseñanza.

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Atrèvete, disfruta y vivelplacer

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